Las nubes oscuras interestelares están presentes no solo en nuestra Galaxia, sino también en la mayoría de las galaxias del universo. Se tata de objetos astronómicos extremadamente importantes, si bien poco conocidos aún: en sus fríos interiores (-260 C) se desarrollan los procesos que culminan con el nacimiento de estrellas y planetas. Nuestro propio Sol y el Sistema Solar nacieron en el seno de uno de estos complejos de nubes oscuras hace unos cinco mil millones de años.
Foster y Goodman obtuvieron imágenes infrarrojas profundas en las que hallaron, de manera inesperada, una emisión extensa que surgía de las regiones más densas de las nubes. El análisis de los datos mostró que la intensidad y el color del "claro de nube" depende de la distribución de la masa dentro de la nebulosidad. Por tanto, este descubrimiento ofrece una nueva vía para estudiar la estructura oculta de las nubes oscuras interestelares, soslayando la complejidad de las técnicas actuales. Así será posible obtener pistas nuevas sobre los mecanismos implicados en la transformación de estas nubes en estrellas y planetas. Este hallazgo ha estimulado nuevos trabajos teóricos que ya se encuentran en desarrollo, y que pretenden aprovechar esta nueva ventana abierta en la investigación del medio interestelar.
El estudio que llevó al descubrimiento del "claro de nube" forma parte del proyecto COMPLETE (COordinated Molecular Probe Line Extinction Thermal Emission), una colaboración internacional para el análisis de las regiones de formación estelar en nuestra Galaxia, en la que participan científicos de instituciones de Estados Unidos, Canadá y España.
Imágenes en alta resolución:
Claro de nube en el complejo nebular L1448 en Perseo (612.6 Kb)
Claro de nube en el complejo nebular L1451 en Perseo (692.5 Kb)
© Observatorio de Calar Alto, setiembre 2006